El secretario general de la ONU, Kofi Annan, hizo hoy un llamamiento a cuidar las tierras áridas y semiáridas del mundo advirtiendo de que la desertificación "conduce a la pobreza o la exacerba" con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente que se celebra hoy y que en esta ocasión tiene como lema "¡No hagamos de las tierras áridas desiertos!", coincidiendo con el Año Internacional de los Desiertos y la Desertificación. Según Annan, las tierras áridas "cubren más del 40% de la superficie de la Tierra y albergan a casi 2.000 millones de personas, la tercera parte de la población mundial". Para la mayoría de sus habitantes, subrayó, "la vida es dura y el futuro suele ser precario" ya que "viven al margen en los ámbitos ecológico, económico y social". Por ello, destacó "es fundamental que no descuidemos a esas personas ni a los frágiles hábitats de que dependen". El secretario general de la ONU hizo especial hincapié en que "la pobreza, la ordenación insostenible de la tierra y el cambio climático están haciendo de las tierras áridas desiertos", advirtiendo de que "la desertificación a su vez conduce a la pobreza o la exacerba". Según Annan, este problema "es particularmente agudo en el África subsahariana y el Asia meridional, donde la degradación de las tierras áridas es un grave obstáculo para la erradicación de la pobreza y el hambre extremas y pone en peligro los esfuerzos encaminados a asegurar la sostenibilidad del medio ambiente", objetivos que han sido incluidos en los llamados Objetivos del Milenio que "los gobiernos del mundo se han comprometido a alcanzar para 2015". El hecho de que la degradación de las tierras áridas sea un problema "quizá más agudo en Africa, la región menos desarrollada del mundo y la más vulnerable al cambio climático", ha llevado este año al Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) a elegir a Argel, la capital de Argelia, como ciudad anfitriona de las celebraciones del Día Mundial del Medio Ambiente. Según el PNUMA, "la geografía, la historia y la cultura" de Argelia están "inextricablemente ligadas al mayor y más conocido desierto del mundo, el Sáhara", por lo que el país "está idealmente situado para destacar todas las facetas de esta compleja cuestión". El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, se mostró agradecido por el "honor" de acoger las celebraciones de este año y aprovechó su mensaje para llamar la atención de que "con una riqueza en potencial natural y humano, frecuentemente desaprovechada, África debe hacer frente a los desafíos de la globalización, en particular aquellos relacionados con una mejor gobernabilidad y un desarrollo continuo y sostenible, cuyo pilar principal es el componente ambiental". Por ello, agregó, "los objetivos clave que exigen atención inmediata para poner fin a los devastadores impactos del subdesarrollo en este continente son: combatir la desertificación; conservar y desarrollar de manera integral y racional las tierras áridas, semiáridas, montañosas y boscosas; preservar los recursos hídricos, y reducir los índices de pobreza".
LLAMAMIENTOS DE BUTEFLIKA - En este sentido, instó a la comunidad internacional "a reflexionar sobre la posibilidad de forjar una alianza sostenible, responsable e innovadora, capaz de contribuir efectivamente al éxito" de la "ejemplar iniciativa" que supone la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD) "a favor del ecodesarrollo". Con ello, dijo, se atenderán "las aspiraciones y las expectativas de naciones y pueblos aparentemente condenados a la crueldad de enfrentarse cotidianamente a un sinfín de privaciones y un futuro incierto".Además, hizo un llamamiento "a la adopción de la Carta Mundial sobre los Desiertos y la Lucha contra la Desertificación para conmemorar el Día Mundial del Medio Ambiente y el cierre del Año Internacional de los Desiertos y la Desertificación". Con ello, dijo, "esperamos contribuir al cumplimiento de algunos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, objetivos que se han visto fortalecidos y han sido renovados gracias a las decisiones de los jefes de Estado y de Gobierno durante la Cumbre Mundial celebrada en Nueva York en septiembre de 2005".La celebración todos los 5 de junio del Día Mundial del Medio Ambiente, según el PNUMA, "ofrece una oportunidad a las comunidades y gobiernos de todo el mundo para reflexionar sobre el papel esencial que el medio ambiente desempeña en nuestras vidas cotidianas y en nuestros planes para el futuro". Las evaluaciones de la ONU han puesto de manifiesto que más del 60% de los ecosistemas mundiales están deteriorándose o incluso se han degradado hasta el punto de que ya no se puede confiar en sus "servicios". En este sentido, el PNUMA considera que "pese al creciente conocimiento y la creciente lista de acuerdos políticos y compromisos, la Humanidad sigue despilfarrando nuestro capital natural".En este sentido, la agencia de la ONU destaca que la desertificación y la sequía provocan pérdidas anuales de 42.000 millones de dólares en la producción de alimentos en todo el mundo. Pero, por encima de esta cifra, añade el PNUMA, "está el incontable costo en sufrimiento humano y en vidas perdidas debido al hambre y a la necesidad de abandonar las tierras que una vez eran productivas". Sin embargo, estas estadísticas "son evitables" y ese, añade el PNUMA, es también el mensaje del Día Mundial del Medio Ambiente.
DESERTIFICACIÓN: MOTIVO DE CONFLICTOS - Por otra parte, Annan llamó la atención también sobre el hecho de que "hay un cúmulo cada vez más grande de pruebas de que la degradación de las tierras áridas y la competencia por recursos cada vez más escasos pueden llevar a las comunidades al conflicto". Además, agregó, "las personas cuya supervivencia y cuyo sustento dependen de las tierras áridas se están sumando al sinnúmero de personas convertidas en refugiados por motivos ambientales y económicos, las cuales ponen a prueba los recursos cada vez más insuficientes de pueblos y ciudades de todo el mundo en desarrollo".Sin embargo, incidió Annan, "la desertificación es un proceso difícil de invertir, pero puede prevenirse". "Proteger y restaurar las tierras áridas no sólo aliviará a las zonas urbanas del mundo de su carga cada vez mayor, sino que además contribuirá a lograr un mundo más pacífico y más seguro", advirtió, insistiendo en que "también ayudará a preservar paisajes y culturas que se remontan a los orígenes de la civilización y forman una parte indispensable de nuestro patrimonio cultural". Por ello, aprovechó el Día Mundial del Medio Ambiente, que este año marca además el décimo aniversario de la entrada en vigor de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, para instar "a los gobiernos y a las comunidades de todo el mundo a prestar atención a los problemas que plantea la vida en las márgenes de los desiertos, para que las personas que allí viven puedan vislumbrar un futuro de paz, salud y progreso social".Por su parte, el PNUMA subrayó que la degradación de las tierras áridas "es un problema creciente que requiere una acción imaginativa, colaboradora y multisectorial". Teniendo en cuenta que es resultado y a su vez contribuye al cambio climático y es tanto causa como consecuencia de la pobreza, si no se hace nada para evitarlo, "amenaza el futuro de la seguridad alimentaria de la creciente población mundial y la estabilidad de comunidadesy países en todas la regiones". De ahí, concluye el PNUMA el lema de este año: "¡No hagamos de las tierras áridas desiertos!".