Los dos ascensos conseguidos por la U.D. Villa de Santa Brígida son el reflejo del trabajo bien hecho, independientemente de la lotería que siempre son este tipo de liguillas. El hecho de jugarla ya era un gran premio y un orgullo para toda Santa Brígida, pero los sucesivos ascensos han superado todas las expectativas de grupo. Dos ascensos, dos historias en común y un mismo resultado: la gloria.
La brillante temporada en Tercera División parecía no haber tenido su premio en el sorteo para la liga de ascenso a Segunda División B, donde terminó encuadrada en el Grupo XII frente a conjuntos de la talla de la Gimnástica Segoviana, Ciempozuelo y el Real Murcia B, un filial que había maravillado en tierras murcianas terminado primero de su grupo.
La suerte estaba echada, los enfrentamientos ya tenían fecha y hora. La batalla por el ascenso se iba a decidir en tierras peninsulares, después de que en ambas eliminatorias el marcador no se moviese en el E.M. Guiniguada. Un empate a cero obligaba a ser mejor que el adversario en campo rival. En Segovia un partido de infarto con un penalti detenido en la recta final por un gran Lisando. Un 2-2 que daba el pase a la final. En Murcia, gol de Leroy, victoria y celebración.
Tras un trabajo de concienciación con los integrantes de sus plantillas y llevando por adelantado la realidad de que partían con más desventaja que los demás equipos, se consiguió el ascenso después de que la “cenicienta” rompiese todos los pronósticos, facilitando el asenso a su filial y haciendo aún más grande la gesta.
En Santa Brígida se respira fútbol y del bueno.
Los satauteños tenemos la posibilidad de devolver la ilusión al Club en recompensa por el orgullo que nos han hecho sentir con el reciente ascenso. Todos debemos transmitir cariño y calor a nuestro equipo en forma de apoyo. Tanto empresas como aficionados podemos ser forma activa del éxito llenando siempre el campo y disfrutando cuando nos visiten entidades como el Real Madrid, representando su filial, Rayo Vallecano, Pontevedra o todos nuestros hermanos canarios. La fiesta está servida, ¿se la piensan perder? ¡Abónate!
La brillante temporada en Tercera División parecía no haber tenido su premio en el sorteo para la liga de ascenso a Segunda División B, donde terminó encuadrada en el Grupo XII frente a conjuntos de la talla de la Gimnástica Segoviana, Ciempozuelo y el Real Murcia B, un filial que había maravillado en tierras murcianas terminado primero de su grupo.
La suerte estaba echada, los enfrentamientos ya tenían fecha y hora. La batalla por el ascenso se iba a decidir en tierras peninsulares, después de que en ambas eliminatorias el marcador no se moviese en el E.M. Guiniguada. Un empate a cero obligaba a ser mejor que el adversario en campo rival. En Segovia un partido de infarto con un penalti detenido en la recta final por un gran Lisando. Un 2-2 que daba el pase a la final. En Murcia, gol de Leroy, victoria y celebración.
Tras un trabajo de concienciación con los integrantes de sus plantillas y llevando por adelantado la realidad de que partían con más desventaja que los demás equipos, se consiguió el ascenso después de que la “cenicienta” rompiese todos los pronósticos, facilitando el asenso a su filial y haciendo aún más grande la gesta.
En Santa Brígida se respira fútbol y del bueno.
Los satauteños tenemos la posibilidad de devolver la ilusión al Club en recompensa por el orgullo que nos han hecho sentir con el reciente ascenso. Todos debemos transmitir cariño y calor a nuestro equipo en forma de apoyo. Tanto empresas como aficionados podemos ser forma activa del éxito llenando siempre el campo y disfrutando cuando nos visiten entidades como el Real Madrid, representando su filial, Rayo Vallecano, Pontevedra o todos nuestros hermanos canarios. La fiesta está servida, ¿se la piensan perder? ¡Abónate!
(José Manuel Suárez)